14 años, 14.000 artículos y un millón de motivos para seguir.
Un reciente artículo publicado por la prestigiosa revista Jot Down ha evidenciado una crisis global en el consumo web, que afecta a incluso medios históricos. Este fenómeno revela que la manera tradicional de atraer tráfico —basada en motores de búsqueda y alcance social abierto— se enfrenta a retos estructurales que modifican el ecosistema digital conocido.
Sin embargo, DIRTY ROCK MAGAZINE ha registrado un crecimiento sostenido en los últimos meses: la web ha superado las 1,18 millones de visualizaciones solo en junio, y nuestras cuentas de Instagram y Facebook alcanzaron 200,000 y 650,000 visualizaciones respectivamente solo durante este mes pasado mes de junio, donde contamos con cerca de 30,000 seguidores.
Estos datos no son solo cifras: son el reflejo del esfuerzo, la pasión y la dedicación de un equipo que, desde 2010, ha mantenido vivo un medio independiente con más de 14.000 artículos dedicados a la música, tanto nacional como internacional. Noticias, novedades, reseñas, crónicas de conciertos, festivales, giras… todo lo que alimenta la escena musical.
En un momento en que medios veteranos sufren el llamado “principio de una era sin clics”, nosotros seguimos avanzando, gracias a una comunidad que escucha, comparte y crece con nuestro equipo.
Quizá porque detrás hay una veintena de melómanas y melómanos que colaboran por amor a la música, con libertad editorial, sin intereses espurios, y con la inteligencia colectiva que dan años de constancia, conocimiento, mirada y escucha.
Por eso hoy, más que celebrar el dato, queremos agradecer.
La dirección de DIRTY ROCK MAGAZINE quiere hacer público su reconocimiento, en un comunicado abierto, a todas las personas que han hecho esto posible: sumando sus voces en palabras y/o imágenes a lo largo de los años; a quienes colaboran de forma desinteresada por el puro placer de contar lo que suena; a quienes nos comparten, nos leen, nos recomiendan y nos acompañan en este camino.
Gracias por formar parte de una comunidad libre, apasionada y en movimiento.
Gracias por estar ahí, en cada nota, en cada clic, en cada concierto.
Gracias por ayudarnos a demostrar que el periodismo musical sigue teniendo sentido cuando se hace con rigor, pasión y corazón.