Julia Sanders: “Black Matter”

Julia Sanders edita su tercer disco, “Dark Matter”. Un trabajo en el que, combinando elementos de americana y folk rock, crea canciones que crecen con cada escucha, con una elegancia cruda peculiar que recuerda a The Velvet Underground o Mazzy Star. Julia ha escrito todas las canciones y la producción ha corrido a cargo de John James Tourville (The Deslondes), que además ha grabado muchos de los instrumentos. Completan la grabación Steve Earnest (guitarras), Landon George (bajo) y Bryce Alberghini (batería). Esther Rose, Erika Lewis y Julie O’Dell ponen coros en varios de los temas.

Escucha “Dark Matter” de Julia Sanders aquí:

Hija de un pintor y una escultora, Sanders conoció el poder de la creatividad desde pequeña. Aprendió a tocar el violín alrededor de los cinco años. Cogió la guitarra en el instituto y nunca más la soltó. Sin embargo, la idea de hacer música profesionalmente le parecía complicada hasta que, a los veinte años, se mudó a Nueva Orleans. Vecinos como The Deslondes y Alynda Segarra de Hurray For The Riff Raff le animaron a perseverar. Ante el apoyo de su comunidad artística, Sanders acalló el sentimiento interior que le decía que no lo intentara.

En 2016, Sanders se mudó a Asheville. Carolina del Norte ofrecía una quietud espaciosa, un silencio imponente, donde, según ella, “era más fácil escucharme”. Este es el tercer disco largo de la cantautora de Ashville, que siempre ha contado con el apoyo de John James Tourville y otros músicos del entorno de The Deslondes, además de Esther Rose. Además, destaca en su discografía “Jersey Girl”, Ep grabado en plena pandemia donde versionaba varios temas de Bruce Springsteen.

El disco comienza con el tema homónimo, una reflexión sobre la materia oscura, esa que – según la ciencia- no podemos ver ni comprender. Sin embargo, lo intentamos. “Ella siente que la materia oscura/ Siempre la envuelve cerca/ Bajo la interminable charla/ Solo una gota de lo que sabemos”. Todo el trabajo tiene como hilo conductor esos asuntos difíciles de explicar. ¿Qué nos mueve? ¿Por qué hay cosas insignificantes que nos afectan mucho y otras importantes que nos son indiferentes?

Es un disco marcado también por el misterio de la vida. Por un lado, la recién estrenada maternidad. Por otro la enfermedad de su madre. La cual, tras tener con ella una relación complicada, se acercaba al final de su vida. “Star Stickers”, uno de los temas más destacados, ilumina estas complejidades circulares de la experiencia humana con sagacidad: “Parece que era solo una niña / Ahora tengo una propia / Así que me quedaré un poco más / Porque sé cómo te sientes al estar sola”. La canción es un canto al esfuerzo por ser una madre mejor para sus hijos; no como la suya, que descuidó sus labores.

“Unsatisfiable” analiza su continua lucha contra la depresión, en la que cuestiona que quizás no sabe cómo estar plenamente satisfecha con nada. Un canto a las contradicciones: “Quiero ser ruidosa / Pero no quiero gritar / Extraño a mis amigos / Pero odio salir / No quiero envejecer / Pero quiero ser sabia / Quiero saber los planes / Pero quiero sorpresas”. Una canción que, musicalmente, suena como un homenaje al pop de las girl groups de los 60s. “Body” es, posiblemente, el tema clave del disco. Un himno de indie folk al propio cuerpo. El cuerpo que dio la vida a sus hijos, pero también el que envejece y el que genera comentarios por parte del género masculino si no sigue los cánones de belleza. Porque “mi cuerpo es mío/Vosotros, los hombres, en vuestras cortes/ Con el odio en vuestros huesos/Decidnos qué hacer/Y os sacaremos de vuestros tronos”.

Otro de los temas más destacados es “Strawberry Moon”, un acercamiento a los sonidos del Laurel Canyon lleno de vida y positividad. Se acerca al country de Johnny Cash en la trotona “Drive this town”, improbable banda sonora de algún spagetthi western. En ella, está celosa de su pareja porque mientras él está aquí por un simple beso, ella lo que quiere es escapar. Una temática muy cercana a la de su antigua vecina Alynda Segarra. Esta canción podría estar perfectamente en un disco de Hurray For The Riff Raff, al igual que “Dearer Than Dear”, con ese ritmo tan habitual en los discos de HFTRR.

“Dark Matter” finaliza con “When The Veil Thins”, que recuerda un poco a los mejores momentos de Natalie Merchant o Mazzy Star. Escucha tras escucha, y gracias a unas canciones bien escritas y a la acertada producción de un músico enorme como John James Tourville, el disco crece hasta convertirse en una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos de año.

Julia Sanders Black Matter

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