1- Porque Kantner acertó de lleno al dar tiempo y dejar respirar a la banda madre para encarar este proyecto en solitario. Después de las tensiones y disputas internas después de dar a luz a uno de los mejores albums de la historia, el icónico “Volunteers” (1969), el de San Francisco nos regaló un disco conceptual a la altura de las mejores entregas de los Jefferson Airplane.
2- Una obra futurista, de ciencia ficción, cuya trama se centra en un grupo de hippies que planean robar una nave espacial para huir de una sociedad tan controladora como asfixiante y buscar un futuro mejor en algún planeta del espacio exterior. Un argumento muy de la época, a la manera de “Soylent Green” , “El Planeta de los Simios” y muchas otras, que mezcla temas futuristas con denuncia social y contracultura.
3- Porque como siempre, Grace Slick está en modo sobrenatural : si bien no tiene tanto protagonismo como en los Airplane, todas sus apariciones son decisivas, con esa voz y timbre tan característicos, elevando las canciones y acompañando en segundo plano cuando es necesario.
Grace (embarazada en ese momento de China, fruto de su relación con Kantner) es Frisco, psicodelia, empoderamiento, peligro y amor.
4- Porque aunque es un disco en solitario, también es un disco de familia y amigos : miembros de Airplane/Starship (Peter Kaukonen, Jack Casady, Joey Covington y David Freiberg), Grateful Dead (Jerry García, Bill Kreutzmann y Mickey Hart) y David Crosby y Graham Nash no son meros colaboradores o espectadores, sino que dan su toque tan personal como intransferible para que el álbum supure magia.
5- Un viaje al futuro, una mirada al pasado, un disco fruto de la utopía que siempre brillará como una supernova…