El tercer trabajo de Dillon Warnek, “As the Neighbors Tried to Sleep”, es un preciso compendio de historias de perdedores a la vieja usanza. Podemos compararlo con Elton John o Warren Zevon por eso de escribir canciones que son propulsadas por el piano, pero también hay mucha suciedad a lo Stones en sus canciones. En el disco, colabora Margo Price, que se lo llevará de gira en los próximos meses. El disco se grabó en The Bomb Shelter (Nashville) y fue producido por Drew Carroll. Edita la discográfica californiana Soggy Anvil Records.
Escucha “As the Neighbors Tried to Sleep” de Dillon Warnek aquí:
Con el sello de aprobación de la pareja más cool de Nashville, Margo Price y Jeremy Ivey, Warnek se ha consolidado como uno de los compositores más hábiles de Music City, escribiendo con todo el brío y actitud de Warren Zevon. Rolling Stone dijo que su debut, “Now That It’s All Over”, estaba lleno de “irónicos estudios de personajes sobre estafadores y hombres muertos”. Es cierto: Warnek – albañil de día, pianista de noche- disfruta con ese tipo de historias. Se sumerge en tardes imprudentes gastando el dinero de otros, en mañanas brumosas despertando en la caravana de una mujer desconocida y en fantasías sobre desplomarse con demasiados secretos que revelar. En directo, Warnek domina el escenario con su teclado, mezclando anécdotas irónicas con su lirismo subversivo. Algunos dicen que ya no quedan pianistas del calibre de Randy Newman. Eso es porque no han visto a Dillon Warnek.
El disco se abre con “Pistol and a List of Demands”. Comienzo enérgico como pocos. Puro rock and roll de piano que narra la historia de un robo de banco y todo lo que lleva consigo. Cuando a una persona no le queda nada, solo le quedan una pistola y una lista de exigencias. “Los jueces quieren encerrarme/Y tirar la llave/Les vuelve locos saber que soy más libre/De lo que ellos jamás serán”. No sabemos cómo acaba la historia, pues Dillon deja un final abierto.
Una sensación de derrota que sigue en “Pretend You Miss Me”. Musicalmente está más cerca de los gloriosos Stones setenteros. Líricamente, es puro humor negro, con un hombre que imagina su funeral con solo una persona en la iglesia, su amante. “Vístete de rojo, enseña un poco las piernas y finge que me echas de menos”. Nadie puede negar que “Other People’s Money” es puro Ian Hunter. Ese piano boogie-woogie que marca el camino es muy suyo, así como la chulería con la que canta esa apología a malgastar el dinero ajeno.
“Born in 90” pone de manifiesto que adora a Dylan, mientras se lanza a recordar los duros años de su infancia en Washington. Con el 11-S, tragedia nacional, de fondo; con las hipotecas sub prime, tragedia personal, en primer plano. Una infancia complicada que le persigue hasta hoy. “Pero algunas noches cuando duermo/ Sueño con cosas horribles/ Le digo a mi chica lo reales que parecen/ Y ella dice: ‘Cariño, solo son sueños'”. “Bluebird”, coescrita junto a Margo Price y Jeremy Ivey, es una desoladora balada que retrata la violencia y desilusión que hay en estos momentos en USA. Hasta el punto de finalizar diciendo que “Si Jesús alguna vez regresa, espero que venga aquí”. La voz de Margo acaba por redondear la tristeza.
“Bad Lawyers and Worse Luck” se acerca casi al punk neoyorkino, recordando un poco a Richard Hell. La letra es divertida, con esos malos abogados que le llevan a un mal divorcio y a ser condenado por cualquier pelea y por cualquier trapicheo de poca monta. “Speeding Bullet Out of Georgia” es un dueto country entre Warnek y Margo. Otra historia trágica, acerca de una fugitiva que ha asesinado a un hombre que la golpeaba. Aunque, como siempre, Warnek le añade un poco de humor: “Tuve un marido, me golpeó hasta teñirme de azul/Lo apuñalé con un cuchillo de carnicero y mis días de marido se acabaron”.
Otras dos baladas de piano, “Flowers” y “Bad Accordion”, cierran el disco. La primera se acerca a la firmeza de Bob Dylan, la segunda a la teatralidad de Randy Newman. Tanto la una como la otra llenas de metáforas y frases que dan en la diana.En una entrevista, Dillon cuenta lo difícil que se le hace ir a trabajar a la obra tras dormir apenas dos horas después deuna noche en vela escribiendo. Es la vida de muchos compositores que no pueden ganarse la vida con la música con su talento. Esperemos que este tercer disco y su gira conjunta con Margo Price puedan hacerle dar el salto definitivo para poder pasar a un nivel superior.