DOOL y Taraban y su gran noche de metal progresivo y stoner hard rock en Barcelona

Éxito rotundo de los conciertos en Barcelona de Taraban y DOOL: una velada con el exquisito metal progresivo de la banda holandesa liderada por Raven Van Dorst y el reconfortante stoner hard rock de Taraban

Existen ocasiones en las cuales se producen milagros imprevistos cuando se desatan situaciones antagonistas que atañen desfavorablemente a los actos musicales: el cambio extemporáneo y forzoso de sala de actuación y de día de celebración de la misma, es una circunstancia que podría dar con el traste malbaratando el evento si no se solventan con inteligencia las sustituciones. O, con determinación y asumiendo riesgos a contracorriente, es perentorio ir hasta el final con el evento aún cuando este coincide con otro que rivaliza en cuanto a cómputo de audiencia con el propio: condición ‘sine qua non’- junto con la anterior- para que ese milagro se produzca.

Pero también hay casos que pueden acarrear la saturación fatídica alcanzando el esperpento y lo rocambolesco, como demuestra el caso que nos ocupa: un molesto e incómodo apagón eléctrico que se prolongó excesivamente durante la víspera de los conciertos en las ciudades principales de la gira. Y es que su celebración contó con el primer supuesto y también con el segundo: cambio de día -y consecuentemente de sala-por simultaneidad con una actuación de la banda Ghost (que fue cancelada a última hora) ; coincidencia con un partido del Barça en Barcelona el mismo día de los pases en la Sala WOLF.

Por todo ello, es de justicia felicitar a la promotora Noise on tour, porque en unos momentos en los cuales es todo un reto organizar periplos musicales por Europa (demasiadas cancelaciones recientes por pérdidas económicas), acercar unas bandas que destacan por su calidad artística es todo un mérito.

Afortunadamente, los asistentes (incluido yo, ya que mientras volaba en avión hasta Barna no tenía claro si se solemnizarían las bandas) fuimos recompensados con creces… !La velada fue extraordinaria!

TARABAN

La banda polaca fundada en la ciudad de Cracovia fue la elegida para abrir una noche que comenzaba a respirar con alivio y energía su confirmación, festejada entre los aplausos visuales de unos focos de escenario que enfatizaron su set relampagueando stoner y ProtoMetal; música con destellos étnicos que evocan perspectivas geográficas en las cuales prolifera el instrumento (Taraban) que les da nombre: Turquía, Ucrania y, cómo no, la misma Polonia que lo acoge en su himno nacional.

Pero resulta sintomático que esa fusión que abarca el heavy psych, los sonidos humeantes y la música de raíz, tenga su culmen en adhesivos singles como «Country song»; poderoso corte de su más reciente obra («Oath», 2O25) que vulcaniza un contagioso estribillo al encuentro de las líneas de banjo y los matices rítmicos que lo convierten en un gran himno de sus directos. Y en su actuación catalana fue la llave que inauguró la conexión mental con el público tras sonar en tercer lugar.

El buen hacer continuaría con temas tan solventes como «Die in peace», extraído también del ya citado E. P «Oath», publicado el reciente mes de abril. Tema que ejecutado en directo entusiasmó demostrando con creces lo bien engrasada que está la formación también con la bajista Eliza Ratusznik.

El concierto se elevó después con una simpática teatralidad escenificada por el cantante Daniel Suder, el cual, embutido en unos pantalones que rozaban el astracán y acompañando su gestualidad con una pandereta, sorteó con solvencia una actuación que culminó con apoteósica simpatía y efusivos saludos a la concurrencia.

Fotos Desi Estévez.

DOOL

La banda holandesa ha facturado tres discos que compiten entre sí por el primer puesto en cuanto a esplendor creativo se refiere: su debut, «Here now, there then (2017) ; psicodélico, gótico, épico, etéreo y ocultista, Summerland» (2020) ; hipnagógico como una alucinatoria visión de estío. Pero es con el más reciente «Shapes of Fluidity», que la melodía vital no binaria de Raven van Dorst ( vocalista, guitarrarista y cerebro gris de la banda) descolla como un tatuaje poético en la piel de su música. Influido por la filosofía de Heráclito (hecho que me confirmó Raven después del concierto), podría engarzar una biogénesis emocional más colaborativa entre los miembros de la banda dado que, aunque se puede considerar una autografía de Raven, es también un álbum coral.

AZUFRE Y POLVO DE ESTRELLAS

La actuación de Dool en Barcelona el pasado día 30 de abril, conjugó magia sombría con mitología y ritos ocultos; melancolía con metal progresivo; hard rock con densidad y lisergia post- metal; reflexividad y arrebato; frenesí, auto disección y flujos de pensamientos perdidos. Una actuación explosiva y excepcional equiparable a las que provoca otro prodigio con el que pueden tener cierta similitud: Caligula’ s Horse . Un árbol de cristal iluminado por fuego azul y polvo de estrellas.

Las guitarras inflamadas de Nick Polak y Omar Iskandr se unieron a la de Raven en una suerte de acueducto estroboscópico que destilaba riffs líquidos que sumergían la sala; esta fluidez eléctrica se engarzaba como una bandera de hielo (guiño a la portada de su eminente y más reciente disco) a la voz de frecuencia operística , intersexual y carismática de la cantante.

El set se inició con acierto abordando la nominativa «Shapes of fluidity»: un cenit del concepto de rock progresivo de la banda que por otra parte ilustra las premisas de su último álbum. Gran trabajo de grabación del ingeniero Jb van der val, quien además es el bajista oficial de la banda. La trascendencia interpretativa yla taumaturgia técnica de su traslación al directo de la noche, lograron que el publico entregado conectarse desde los primeros compases.

A continuación llega la catártica «Self dissection», un himno magnético que logra estremecer con la elocuente modulación vocal, un tanto enigmática, que Raven logró plasmar en el escenario.

El primer tramo del concierto finaliza con «Hands of creation», tercer tema en concatenación con su reciente obra, que es también el último de ese disco. Una maravilla que captura los brillantes estilemas de una banda pletórica de talento; frecuencias abrumadoras que en estudio produjo Magnus Lindberg. Y que el set descrito abrieron el tercer ojo de la excelencia.

El segundo tramo del show se reviste de ecléctica magnitud desgranando temas de sus discos anteriores:

Empieza con la Selene licántropa de «Wolf Moon» prsente en el álbum «Summerland»; tema reconocido por la mayoría del público que fue disfrutado con fruición. Para proseguir con la hipnosis psicodélica de » The Alpha» (incluida en su primer disco ) que cautivó definitivamente a la audiencia.

Un ‘intermezzo’ apenas perceptible, conduce a los cósmicos zeptoseundos de «The God particle» dejando claro que manejan su actuación con el asombro del Bosón de Higgs. Retomando inmediatamente después su último álbum con el Mar de riffs furiosos de «Venus in flames», engarzados por la potente batería de Vincent Kreyger ; muestra universal de la habilidad de la banda para construir estribillos en los cuales querría vivir, adentrándose en desarrollos intensos de sinuoso recorrido progresivo: es, en mi opinión no solamente uno de los puntos álgidos de «The Shapes of Fluidity», porque también es la obra maestra que lo eleva. El placer de su escucha en directo va más allá de las palabras. Así finalizó el segundo tramo del concierto.

El tramo final arranca con la ensoñación melancólica, alzada y reivindicativa de «House of thousand dreams»; un aplastante, en su oratoria y fluidez ( otro guiño…),’ speech’ de Raven a pie de escena exige el exterminio de los maltratadores (utiliza la palabra ‘motherfuckers) que intentan impedir que otr@s alcancen las metas y desideratas con las cuales sueñan. La interpretación fue solemne. Y como diría algún angloparlante… ¡incluso ‘mind blowing’!

Apoteósico final con el asombroso single «Oweynagat» de su»Here now, there then». Un público satisfecho y, por supuesto, unas ganas irrepetibles de que regresen pronto como conclusión.
Solamente puse un pero a esta exquisita y extraordinaria actuación: eché en falta un tema tan rotundo como » Golden Serpents»; mientras charlaba con Raven le comenté esto añadiendo que fue precisamente el tema que me enganchó a la banda: «Sorry» -me contestó-, después pude captar una mirada traviesa que interpreté como un ‘encore’ de su gran actuación.

Fotos Desi Estévez.

 

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