El inmenso “Rock and Roll” de Led Zeppelin anunciaba su llegada mientras en escena se congregaban unos The Dead Daisies conscientes de su potencia como auténticas leyendas del hard rock con derivas extraordinarias hacia el blues eléctrico.
Los riffs comenzaron a brotar como palabras de neón incandescente, en el aire de un Bilbao Arena aupado por la alienación de luces refulgentes como condecoraciones multicolores de una atmósfera maravillada.
Y por un sonido esmerado que registró el orgasmo rockero que Doug Aldrich (como guitarrista principal) y David Lowy (guitarra rítmica) invocaban en la transición de una noche que despunta con brío con “Long way to go”, alcanzando la madrugada con una apoteósica versión del “Helter Skelter” de los Beatles, que concluye una memorable velada digna de unos titulares dignos de reflejarse en los cristales del tiempo: aquellos que registran los acontecimientos inolvidables.
ENTREVISTA CON DEAD ALDRICH (DEAD DAISIES) EN DIRTY ROCK: https://www.dirtyrock.info/2025/03/the-dead-daisies-en-bbk-bilbao-music-legends-fest-entrevista-con-doug-aldrich/
John Corabi estuvo excelso como un arco de triunfo sonoro equiparable a sus mejores momentos con Mötley Crüe y Ratt. Brent Fizt (sustituyendo al titular Tommy Clufletos que se reincorporará de cara a las próximas de la banda en Reino Unido), logró la solvencia artística. Y un Michel Devin al bajo destacó como un animal de hierro furioso e intenso.
El show convirtió a la audiencia en una marea de elogios consensuada en encendidos elogios que supo disfrutar y reconocer un directo extraordinario: disfrutando como un pulgar hacia arriba, aturdiéndose con el coreo de los estribillos, sus gritos y sus convulsos movimientos ‘air guitar’.
Una deslumbrante demostración de buen hacer que incluyó guiños a su más reciente álbum Light em’ up (sentido homenaje al blues clásico de, entre otros, Muddy Waters y Lead Belly) publicado el pasado mes de mayo.
Pero brilló mayoritariamente destacando el hard rock con momentos estelares que llegaron con “I’m gonna ride”; himno a la vida en carretera a lomos de una motocicleta, leitmotiv representativo de la banda que ilustra tanto las camisetas de su merchandise como las piruetas virtuosas de un Corabi pletórico en sus cualidades vocales.
Hard rock que contemplo a un Corabi demoledor desgarrándose con la versión de “Fortunate Son” de Creedence Clearwater Revival, que golpeó con fuerza la cápsula de la nostalgia antes de que esta se desbordase con la magnificencia de la versión de los Beatles ya citada.