Marcus King Band y Dewolff despertaron un gran interés el 17 de Julio en Madrid dentro del festival Noches del Botánico. Dos jóvenes y prometedoras bandas asentaron sus respectivas propuestas musicales ante una gran congregación de público. Desde los Países Bajos regresaban, sin apenas pasar medio año desde su última visita, el trío compuesto por los hermanos Luka y Pablo van de Poel, batería y guitarra/voz respectivamente, junto a Robin Piso a los teclados y dos nuevas coristas.
El progreso de esta formación desde sus inicios en 2007 hasta nuestros días a ido en aumento. Se mantienen fieles a un estilo basado en un hard rock de corte añejo con diversidad de influencias. Salieron con decisión y encantados de volver a Madrid, una de las ciudades que ha visto como su número de seguidor@s ha ido creciendo con el paso de los años. Por la razón que sea hay bandas que son de sala de medio o pequeño aforo y ésta es una de ellas.











Aunque salieron decididos y con ganas de conquistar al público, la magnitud de su música no llegó a la gran multitud. Desde nuestra posición el sonido de la guitarra estaba capado, los coros femeninos y el repertorio elegido no fueron la seña de identidad de su música encima de un escenario. No faltaron los magistrales solos de guitarra, el dinamismo del característico sonido Hammond y la impronta diversificación rítmica. A pesar de todo un sonido descafeinado carente de sustancia no lograba entusiasmar, la hogaza de pan más hermosa de la panadería pero sin sal. Posiblemente en las primeras filas se viviese el concierto de otra forma pero de la mitad para atrás el público se mostró inactivo. Porque donde realmente cala esta formación es en las distancias cortas. El paso de los años han influido en la consecuencia final de su música, sin lugar a dudas… nos quedamos con sus inicios. El joven cantante, guitarrista y compositor estadounidense Marcus King acompañado de una virtuosa banda desgranaron una secuencia de pasajes del rock proveniente de América.









Sin pasar un año desde su última actuación en Madrid inundó el recinto con aires de blues, rock sureño, americana, soul… con distinción y destreza. El problema que hubo con el sonido con Dewolff también lo sufrió Marcus King y los suyos. De nuevo un sonido bajo, sobre todo en las guitarras, despertaba caras de desencanto entre el público.
La actuación de Marcus King Band se nos hizo bola, sobre todo en los temas donde predominó la guitarra acústica. Composiciones muy bien ejecutadas y cantadas pero fecundaron una parsimonia sonora capaces de estimular el bostezo. El duelo de guitarras eléctricas, magníficos solos… la agilidad a las seis cuerdas en total disputa fueron parte de los momentos más interesantes de la noche.
Cinco soberbios músicos encima del escenario canalizaron una hora y cuarenta minutos repasando parte de su discografía y presentando temas nuevos. Faltó rock, movimiento, pluralidad rítmica, melodías… faltaron canciones, temas que cuando termina el concierto sales tarareando y si alguna tarareamos fue con la que terminaron… el “Ramblin´Man” de The Allman Brothers Band.