Jon Batiste, una de las voces más revitalizadoras de la música americana, acaba de lanzar “Bog Money”. Un músico que siempre ha buscado reescribir las reglas del juego musicalmente hablando, el año pasado recordamos intentó encontrar blues en la música de Beethoven en “Beethoven Blues“, ahora se adentra en la suciedad de la música americana en “Big Money”, un recuento crudo y cargado de groove con colaboraciones grandes junto a Andra Day, Randy Newman, Nick Waterhouse y las Womack Sisters, nietas de Sam Cooke.
Coproducido con Dion “No ID” Wilson, es un álbum que prioriza la espontaneidad sobre la precisión, capturando esa energía sin filtros cada vez más escasa en la música pop. Y ese es precisamente el punto.
La simplicidad, de alguna manera, intensifica el swing y el balanceo de las canciones mezclando folk, country y funk, gospel y blues. Su repertorio es tal que Batiste incluso toca un poco el violín y la mandolina, pero brilla con más intensidad en dos canciones donde interpreta su piano solo.
El primero es un maravilloso dueto con Randy Newman, otro pianista con raíces en Nueva Orleans, quien en los últimos años se ha visto afectado por problemas de salud y ha mantenido un perfil bajo. Interpretan “Lonely Avenue” de Doc Pomus y la estelar “Maybe”, una balada llena de acordes densos y preguntas sobre el panorama general.
Las influencias gospel de Batiste son más evidentes en la canción de reggae de cierre “Angels” y en la balada “Do It All Again”, una canción de amor que podría interpretarse como secular o espiritual.
El disco es una declaración sobre la humanidad, el capitalismo, la cultura estadounidense, el niño interior y la ironía de la fe. Escrito y grabado principalmente en directo en tomas individuales a lo largo de dos semanas, el álbum captura la cruda inmediatez de este momento para Batiste La expresión creativa colectiva se nutre de las raíces de nuestra música más temprana en este país como un poder comunitario.
“Big Money” es calidez y humanidad, que refleja el mensaje: en un mundo que busca la elegancia y las ganancias, quizás sean los momentos sin adornos los que más importan. Discazo.