Snocaps: “Snocaps”

Allison y Katie Crutchfield han formado una nueva banda llamada Snocaps. Su álbum debut, de 13 canciones, se lanzó por sorpresa el 31 de octubre. Allison y Katie cuentan con el apoyo de sus amigos Brad Cook y MJ Lenderman, nombres claves en la actual escena indie. Entre los cuatro se intercambian los instrumentos para crear una obra que se escapa del típico disco colaborativo. Chris Black, Stella Cook ponen coros y la pequeña Lola Crutchfield canta en la última canción del disco.

Escucha “Snocaps” de “Snocaps” aquí:

Katie y Allison Crutchfield, de Birmingham, Alabama, comenzaron a tocar música juntas en su adolescencia. Desde entonces han formado parte de innumerables proyectos. Fundaron The Ackleys a los 15 años para luego centrarse en la banda de pop-punk P.S. Eliot. Tras la disolución en 2011, las dos gemelas tomaron rumbos musicales distintos. Katie comenzó a crear música como Waxahatchee, que evolucionó desde el sonido DIY hasta la nominación al Grammy de su excelente último disco. Mientras tanto, Allison fundó la banda de fuzz-pop Swearin’ y luego emprendió su carrera en solitario con poco éxito.

Snocaps nace del deseo de las hermanas gemelas de volver a trabajar juntas en la música, como lo hicieron en su adolescencia y juventud. Cook produjo y grabó casi en su totalidad el álbum y los cuatro músicos -ellas y MJ Lenderman- tocan todos los instrumentos. Marca el regreso conjunto de las Crutchfield tras casi 15 años separadas. También supone el regreso de Allison a la música tras siete años, después del lanzamiento del cuarto álbum de Swearin’. Ellas habían planteado la idea de un nuevo proyecto en 2023, antes del lanzamiento del álbum “Tigers Blood”. Estaban interesadas en crear algo parecido a lo que hacían cuando eran más jóvenes, sin ambiciones ni planes, simplemente por la experiencia de crear algo que ellas mismas quisieran escuchar. El álbum se grabó con Cook y Lenderman a lo largo de una semana.

Con 36 años recién cumplidos, las gemelas hablan de los retos de la madurez en canciones que recorren el country, el indie y el punk mientras hablan con poca nostalgia acerca de los errores cometidos en el pasado, juntas o por separado. Nada que no hayamos escuchado en sus discos anteriores: relaciones fallidas, adicciones, sueños rotos, últimas copas de madrugada, … Las hermanas se repartieron la lista de temas: seis para cada una. A pesar de ser un proyecto colaborativo, las canciones son claramente diferentes. Las de Allison tienen un componente más indie; las de Katie demuestran que es una de las artistas más grandes del momento.

Dos canciones de Allison abren el trabajo: “Coast” y “Heathcliff”. Las dos llenas de encanto indie noventero. La primera, sobre una relación de amistad que acaba en un viaje por la costa; la segunda con un estribillo infeccioso sobre amores tóxicos: “Cuando caigas/ Me arrastrarás contigo”. “Brand New City” y “Avalanche” tienen esas melodías tan propias de Liz Phair, artista clave para toda una generación. Cortas y concisas, la primera cita a The Supremes, mientras que la segunda describe la emoción del enamoramiento. Una de las mejores es “Over Our Heads”, un vitalista himno indie sobre el desarraigo. “You In Rehab” es posiblemente más autobiográfica de lo que les gustaría. Las hermanas han tenido una juventud complicada.

El lote de Katie es un regalo para los fans de Waxahatchee. Varias de las canciones suenan como outtakes del fantástico “Tigers Blood”. Comienza con la poética “Wasteland”, con versos tan melancólicos como “Somos lágrimas hermosas/Cayendo a los pies de cada persona que amas” en los que advierte del peligro de enamorarse de ella. “Hide” parece salida de las “Girly Sounds” de Phair. “Cherry Hard Candy” es una canción con sabor a clásico que juega muy bien con el concepto de la madurez y donde la melodía de MJ Lenderman con su guitarra de 12 cuerdas brilla especialmente. “Doom” es otra melodía fantástica donde vuelve advertirnos de los peligros del amor. “Soy un antídoto/ me consumes sin remedio/ Ningún amor es perdido, ningún amor es condenado”.  

“Angel Wings” es otra de esas canciones especiales en las que flota el espíritu de Lucinda Williams. Cuando Katie compone melodías así y se une a MJ Lenderman se hace la magia y los himnos surgen sin pedir permiso. Le sigue “I Don’t Want To”, una canción que, con su perezosa belleza, nos remite a los primeros discos del proyecto Waxahatchee. El disco se cierra con “Coast II”, cantada por la sobrina Lola, de doce años. Una anécdota que advierte que la saga de las Crutchfield no se acabará con las gemelas.

El disco fue publicado prácticamente por sorpresa el día de Halloween y demuestra que Katie es una artista que funciona de manera poco convencional teniendo en cuenta los ritmos actuales de la industria. Además, confirma la importancia de MJ Lenderman. Un hombre que está siempre en proyectos relevantes y que suele mejorarlos. Un disco que se pretende pequeño pero que va mucho más allá de la anécdota de la reconciliación entre dos hermanas. Y que, ojalá, relance la carrera de Allison de manera definitiva.

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