Bywater Call deslumbraron en la sala Wolf con una mezcla impecable de blues, soul y rock sureño, liderados por la voz de Meghan Parnell.
El cielo amenazaba tormenta (incluso hubo aviso masivo de alerta para la mañana siguiente), pero dentro de la sala Wolf se abrieron todas las nubes para dar paso a la luz de Bywater Call. Desde Toronto, la banda se ha consolidado como una de las formaciones más emocionantes de la escena del soul-blues contemporáneo. Su música es una fusión poderosa donde confluyen el blues, el rock sureño, el gospel y el soul, todo ello envuelto en una interpretación apasionada y elegante.

Y eso es gracias a la magnética voz de Meghan Parnell y el guitarrista y compositor Dave Barnes. Ambos han sabido rescatar la esencia de los grandes clásicos del blues —de Etta James a The Allman Brothers, pasando por Bonnie Raitt o Tedeschi Trucks Band— para dotarla de una energía actual y una identidad propia. Una maquinaria perfectamente engrasada donde destaca además la sección de viento y un groove que parece nacido a orillas del Mississippi.

Porque desde la inicial “Talking Backwards” no hubo un solo minuto en el que cada una de las 200 personas que más o menos había en la sala no se sintieran seducidos por la voz de Meghan Parnell. Y si no, siempre tenías la finura sobre el mástil que destila Dave Barnes y que en “As If” dialogó con las trompetas de Stephen Dyte. Siguiendo la línea de su reciente directo, del que sonó “Ain’t No Friend Of Mine”, parece que a Bywater Call en esta gira les gusta incluir temas por publicar. Así canciones como “Josephine” o “No One Else” se integran perfectamente con otras como “Arizona”, “For all We Know” o “Sweet Marie”.

Otra de esas piezas es la delicada “Clutter” que puso un poco de calma con su calidez acústica sobre el escenario de la sala Wolf. Pero fue algo tan pasajero como necesario. El ritmo trotón de “Way To Go” hizo que la locomotora volviera a coger velocidad suficiente para que su tema “Holler” girara de forma inesperada hacía “Kashmir” de Led Zeppelin. Y si a alguno le quedaban dudas sobre la potencia de voz de Meghan Parnell, desaparecieron con los primeros versos a capella y sin micro de “Colours”.

Estuvo claro en cuanto las últimas notas de “Everybody Knows” se perdieron entre los aplausos del público que Bywater Call habían llegado para quedarse en los oídos de más de uno. El trabajo que los canadienses realizan sobre el escenario está más cerca de la orfebrería que del barro del rock sureño. Y así como a otras bandas se le agradecería que ensuciaran más su sonido, creo que a Bywater Call ese estilo más limpio y elegante le queda como un guante. Si la progresión que han llevado durante los últimos años se mantiene, es probable que en un futuro se acaben recordando como un nombre importante dentro del género. Así que no perdáis la oportunidad de disfrutar de sus directos si se acercan a vuestra ciudad.
Fotos: Desi Estévez