El bluesman Fernando Neris (Murcia, 1973) lleva décadas sin salir apenas del territorio sonoro definido por el Delta del Misisipi, aunque se permite de vez en cuando jugosos devaneos con el ukelele o sale a darse un paseo fuera de esas tierras pantanosas. Al igual que el paisaje sureño del mítico río y los músicos encadenados a los turbadores compases que nacieron allí, Neris jamás se repite y para demostrarlo acaba de publicar su octavo álbum bajo el título Resounds, grabado el pasado verano en Lieja, localidad belga donde vive desde 2004.
La palabra Resounds podría traducirse como “resonancias”, es decir, sonidos potentes y claros que se prolongan en el tiempo. Exactamente así suenan las siete versiones de clásicos del género junto a tres composiciones propias que siguen la estela bluesera de belleza perenne, capaz de superar los límites del tiempo y el espacio.
El músico, afincado en Bélgica desde hace un cuarto de siglo, ha exhibido en cientos de conciertos su dominio de la técnica fingerpicking con su dobro Lap Steel. Interpreta ahora con prisma propio piezas legendarias de RL Burnside, Mississippi McDowell, Charley Patton o Skip James, entre otros, aparte de incorporar tres composiciones propias de enorme riqueza expresiva: Crisis Blues, Three Eleven y I Know Much Better. Es un trío de ases, con pico muy brillante en Three Eleven, el octavo corte del disco, nacido a raíz del dolor provocado por los atentados del 11 de marzo en Madrid. Son tres canciones de hace pocos años que saben encajar perfectamente entre otras piezas tradicionales con décadas de historia. Por algo será. Los diez cortes representan en conjunto toda una lección sobre los pilares fundacionales del blues.
En los créditos del álbum puede comprobarse que, además de la voz (ligeramente rota y de gran expresividad), el músico se vale del “Biscuit Bridge Biscuit Bridge” (un tipo peculiar de puente que se utiliza en dobros), además del “Tricone & Spider Bridge Squareneck Resonator Guitars”, que amplifica el volumen emitido por las seis cuerdas mediante conos metálicos internos en vez de la tapa de madera habitual. También participa en la grabación del álbum De Ferre, al bajo y al cajón rítmico.
Goin´Down South abre el espectáculo con austeridad, pero con luminosa guitarra, voz dolorida por el roce de la carretera y la percusión de Ferre. La apertura con esta composición de R.L. Burnside no es casual y se debe a la gran calidad alcanzada en esta relectura, con pulcros arpegios que iluminan el camino de una letra con vocación meridional. Esa brújula rumbo al sur marca el tono global de Resounds. También brilla a continuación la versión cristalina de You Gotta Move, interpretada siguiendo la estela de los orígenes tradicionales trazados por Mississippi Fred McDowell hace exactamente sesenta años. Fernando Neris la rescata y la aborda al principio en solitario, tal vez para resaltar su dominio de la técnica, y luego se suma el acompañamiento rítmico.
El disco fluye con naturalidad con Last Kind Words (Geeshie Wiley y Elvie Thomas), I Shall Not B Moved, tradicional y requetecantado en castellano bajo la forma del “No Nos Moverán” tan coreado en años de rebelión. El virtuosismo salta a la vista (y al oído) con Devil Got My Woman de Skip James, con falsetes que acercan la interpretación a la original, y en John Henry, la tradicional canción ferroviaria, el más corto de los temas. Esta canción narra el combate de un robusto afroamericano contra una taladradora de vapor en plena era de expansión del ferrocarril en Estados Unidos, a finales del siglo XIX. “John Henry” data más o menos de 1870, justo cuando se completa la primera línea transcontinental, y constituye una narración sobresaliente en la historia cultural americana.
El hombre gana la pelea a la máquina (un combate eterno), pero pierde la vida en ese empeño. ¿Héroe o víctima? John Henry solo dispone de un martillo y sus brazos para vencer en el duelo contra el artilugio moderno de vapor que perfora las rocas. Triunfa por poco margen, aunque muere casi instantáneamente extenuado por el sobresfuerzo. Pero vence, al igual que la canción en su lucha contra el tiempo.
¿Y no hay ya suficientes versiones ya en este planeta de Poney Blues, uno de los clásicos de Charley Patton, como para elegirla para cerrar Resounds? Pues no, opina y ejecuta Fernando Neris. Y hace muy bien, porque es perfecta para cerrar este puñado de joyas en lo más alto.