Still River. Flow Me

Still River. Flow Me disco reseña review

Siete años de espera, y la banda bilbaína Still River aparece de nuevo, como un río que sigue su curso sin prisas, bajando a la llanura. Lo escuchas pasar cuando la guitarra introduce delicadamente la primera canción, “On a Velvet Cloud”, arropada en toques sutiles de batería y una melodía de órgano que evoca algo que un día sentiste, mirando tal vez el horizonte. La voz de Dan Cabanela tiene el poso de los años, es más sabia y profunda, honda como el bajo que poco a poco se va apoderando de la canción y la lanza hacia las tierras bajas. La música salta y el agua ya no es mansa sino que se arremolina en las rompientes. Juan Gumuzio es, como siempre, capaz de sacar brillo a cada nota que salpica su guitarra.

Solo han transcurrido siete minutos y el disco se ha sumergido en una corriente imparable, crece en “Brothers & Sisters (Tension & Time)”, música tan lejana como la memoria alcanza a rescatar, caballo desbocado de los estados del Sur de la Unión, corriendo libre. Música negra, música blanca, “Take Your Sip”, toma un trago y mira las aguas, hay sitios por dónde es fácil cruzar, si estás atento los encontrarás, en “Got If You Want”, por ejemplo.

Date un baño tranquilamente, deja que tus ropas se sequen al sol de esta canción que ilumina la pradera durante cinco minutos. Escucha “Heave-Ho”, mira cuánta gente se mueve por la portada del disco, hay una fiesta junto al río, hay sonidos que te llaman, únete. Es hora de abrir un botellín de cerveza, los pies se te mueven, “My Love”, cimbrea tu cintura, el mundo es un lugar amable si lo quieres ver así.

“In Your Bones” es música que alimenta, cocinada con ingredientes al alcance de todos que ya nadie usa. “Mulberry Wine” tiene el sabor de los garitos, del fin de fiesta, cuando el cuerpo pide pausa y la sonrisa es todo lo que das de ti. El disco acaba, un solo de guitarra, un piano tintineante, bajo y batería mirándose descaradamente, Cabanela contándote historias como si fuera Levon Helm. Es el momento de la última canción, “The Emperor’s Clothes”, palabras mayores, el regalo de despedida. Hemos llegado a la desembocadura, eso es el mar.

 

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