Theo Lawrence, con más cariño que picante

Theo Lawrence cierra su extensa gira nacional en La Textil. Un concierto en el que todo el público disfrutó de manera unánime del crooner country francés.

A pocos días del cierre de la sala, La Textil se llenaba para disfrutar del buen gusto y la sensibilidad de los temas de Theo Lawrence & The Possums. Los diez minutos que hubo de retraso en el inicio del concierto sirvieron para que finalmente la sala mostrara un excelente aspecto. Ni más ni menos que el que se merece este pequeño orfebre musical. Con apenas tres discos a sus espaldas ha sido capaz de hacer viajar en el tiempo sonoridades de los cincuenta. Y lo ha hecho aportándoles el punto de frescura necesario para que tenga el sabor de un buen reserva. Con la continua globalización en la que todo puede pertenecer a cualquier sitio, no debería de sorprendernos que alguien como Theo Lawrence sea francés y no de California. 

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En cuanto Theo Lawrence & The Possums aparecen en el escenario, las cálidas melodías inician un viaje en el que acariciaran los oídos de los presentes durante casi dos horas. “California Poopy” es su manera de presentarse. Acústica personalizada y un look con el que es difícil que no venga a tu mente Chris Isaak o The Mavericks, y en dos minutos ya estás recorriendo las costas de Malibú. “I’ll Never Get Over You” da para conducir de noche entre temas de Roy Orbison. Pero no todo iba a ser calma en la velada. “Baby Let ‘s Go Down To Bordeaux” o “I Got The Knee Deep Into The Blues” ponen el punto más animado.

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Pero el francés ya avisa, esta noche habrán muchas canciones para el corazón. “Now That You’re Gone”, de su reciente “Cherie” es una buena muestra de ello. Aunque es cuando cambia su guitarra acústica por el banjo el momento en que echa mano más a la canción de raíces. “Lips Of Fire”, “How Great Thou Are” y “Little Darling Pal Of Me” aceleran ligeramente la velocidad del viaje, pero sin impedir que podamos disfrutar del paisaje. Con la guitarra de nuevo al hombro “I’m Movin’ On” supone una alegría antes de “How I Do Learn To Lose” otra de esas canciones románticas que Theo nos tiene guardadas.

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Con “Cherie” y “Every Wish” nos recuerdan que su último y excelente disco está disponible y que estarán tras la mesa para firmar las copias si queremos. El hipnótico ambiente en el que Theo Lawrence nos tiene sumidos se rompe en cuanto “Adelita” aparece en escena. Incluso se llega a escuchar algún grito “amejicanado” acompañando el estribillo. En ese momento The Possums abandonan el escenario. El músico francés, solo ante el público, nos entrega otro par de canciones tristes en las que tan cómodas se siente. Las escogidas son “A World So Full Of Love” y “Pretty Bird” tras las cuales él también se toma su ligero descanso antes de encarar la recta final del show.

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No he comentado nada sobre la banda y me acabo de dar cuenta que es injusto. Thibault Ripault a la guitarra, Julien Bouyssou a los teclados, Bastien Cabezon a la batería y Olivier Viscat al bajo, le dan a los temas color y matices con un gusto exquisito. Todos juntos salen para ofrecer un par de temas y despedirse definitivamente de su paso por las 12 ciudades españolas. Un cierre alegre sin desprenderse del todo de la melancolía, y que suena a brisa paseando por Malibú gracias a “Sweet Candy Love” y “The Worst In Me”. Un tema que nos recuerda que Theo Lawrence es capaz de hacer cosas nuevas sin olvidar el pasado. ¿O son canciones antiguas sonando frescas? 

Fotos: Desi Estévez

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