Christian Rutledge: “An Inch of This New York Mile”

El veterano batería neoyorquino Christian Rutledge ha cambiado los parches por las cuerdas. Pasó años grabando punk rock en bandas como Vagina Panthero Freaky Wilderness. Ahora, Rutledge se pone al micrófono para su debut en solitario, “An Inch of This New York Mile”. La producción estuvo a cargo de Matt Shane (Rosanne Cash, Elvis Costello). La banda de acompañamiento incluye a dos músicos habituales de Rosanne Cash: el batería Dan Rieser y la vocalista Misty Boyce, así como al bajista Rich Hammond (Joan Osborne, Joe Jackson) y Chris Tarrow en guitarra, mandolina, pedal steel y lap steel. Edita Aqualamb Records.

Escucha “An Inch of This New York Mile” de Christian Rutledge aquí:

El álbum es toda una sorpresa. Las melodías, sobrias y con una gran carga lírica, se inspiran en clásicos como Woody Guthrie y Gillian Welch. Aunque los temas esconden toques rockeros, con The Replacements o Billy Bragg como influencias reconocidas por el propio Christian. La sobria base rítmica de Rieser y Hammond, las armonías de Boyce y los toques melódicos de Tarrow añaden texturas aunas canciones profundamente humanas de Rutledge, que recuerdan la habilidad de gente como John Prine o Townes Van Zandt. Directas al corazón mediante una visión del mundo muy particular.

El álbum toma el nombre de una frase de una de sus canciones. Define perfectamente la temática del álbum, que trata en gran parte sobre vivir en Nueva York, Son experiencias que son pedazos de vidas que habitan en esa enorme ciudad. Trata sobre la gente con la que viaja en metro, se cruza en la acera o se sienta en un banco del parque. La mayoría de las letras fueron ideadas durante paseos por Brooklyn. “Paseé mucho por Prospect Park durante el confinamiento, lo que dio origen a una práctica de escritura que me funcionó de maravilla y que continúa hasta el día de hoy”.

El álbum cierra con una suite de tres canciones sobre el reciente fallecimiento de mi madre. Una muerte que no ocurrió en Nueva York, pero la mayor parte del duelo si fue allí. Así que, para mí, la ciudad está presente en todo el álbum.

Inmerso en la tradición narrativa del country folk, Rutledge se labra su propio camino con relatos urbanos llenos de lírica. Comienza con “Jesus Bushwick”, una canción de ruptura sobre el colectivo Bushwick, que con los años considera ya demasiado ruidoso y gentrificado para él.  Le sigue “Coal Miner Songs”, en la mejor tradición de las work songs. La canción reivindica el trabajo de los técnicos de mantenimiento del metro, con un trabajo cercano al de los mineros mientras unos metros encima de sus cabezas la gran ciudad bulle de actividad. “When I Call You Crazy” es una arrastrada balada de amor muy cercana al espíritu de Lucinda Williams.

“My Bodega” es una de las grandes joyas del disco. Da voz al típico inmigrante que regenta una pequeña tienda de barrio. El hombre reivindica su importancia en la ciudad mientras pide que no le estigmaticen por su origen. “Puedes entrar a mi bodega/ Y te trataré como si fuéramos parientes/ Pero no te atrevas a pedirme que responda/ por los actos despreciables de otros hombres/ En algún lugar lejano donde nunca he estado”.

“Little Family Secret” construye una historia de maltratos sobre una base de precisos arpegios descendentes. Muy a lo John Prine, con la mandolina de Chris Tarrow dando el contrapunto perfecto. “I Should’ve Known” es una viñeta doméstica sobre la convivencia, mientras que “A Whisper in the Distance” denuncia que las bonitas palabras de los políticos se las lleva el viento y ninguno arregla las vidas de los más débiles. “What I’d Been Waiting For” es otra canción que tiene esa triste belleza tan habitual en el añorado John Prine, algo que parece sencillo pero es muy difícil de hacer.

“Fundraising Drive” es una de las letras más sagaces. Habla acerca del montón de bolsas de publicidad que nos dan en todo evento que se precie. “No sé cómo conseguimos todas estas bolsas/ te juro que parece que se estén reproduciendo/ Incluso hay una en nuestro armario llena de bolsas de tela/ que se convertirá en dos si no la controlamos”. Las tres canciones finales están basadas en la pérdida de su madre. “Sunset’s Coming” habla de lo insignificante que es nuestra vida en una tierra que seguirá girando sin nosotros. “Watching You Sleep”, llena de dolor, cuenta los últimos días de la enferma en el hospital. “Me preparo contra una ola de dolor/ Y floto de vuelta a la silla para verte dormir/ a la habitación de la que dijeron los médicos nunca saldrás”. El disco se cierra con “Where the Meadow Meets the Mountain”, típica canción de duelo.

Ya lo dijo Simone de Beauvoir, hay algo en el aire de Nueva York que hace que dormir sea inútil. Siempre hay una persona, un mundo nuevo o una historia que contar. Christian Rutledge, discreto queer, habita la ciudad desde hace 25 años con la mirada despierta y el talento necesario para contar sus historias. Uno de los discos más elegantes del año.

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