Feroe 25 convierte Barcelona en un refugio de música eterna
porFeroe 25 dio a Barcelona una segunda noche llena de música y actuaciones legendarias. Un excelente punto de partida que ojalá se consolide.
Feroe 25 dio a Barcelona una segunda noche llena de música y actuaciones legendarias. Un excelente punto de partida que ojalá se consolide.
Nace el Festival Feroe 25 en Barcelona: dos días de folk, rock y soul en el Poble Espanyol, con The Jayhawks, Squeeze y Valerie June.
Ryan Adams aprovechó el veinticinco aniversario de “Heartbreaker” para lanzarse de nuevo a la carretera con una propuesta arriesgada.
Kamasi Washington deja atrás sus problemas de espalda y recupera las fechas en España para presentar su nuevo trabajo “Fearless Movement”.
Resulta complicado expresar con palabras lo que aquel miércoles 16 de noviembre se vivió. Un público que aglutinaba varias generaciones, predominando, eso sí, edades más elevadas, abarrotó de modo pacífico cada rincón de la sala La Riviera de Madrid. El motivo que un miércoles de otoño cualquiera atrajo a todo ese público no era otro que reivindicar el legado musical de una banda maldita de los setenta como fue Big Star.
Boquiabiertos durante tres horas con el cocktail que nos prepararon Larkin Poe acompañadas de The Sheepdogs. Una auténtica bestialidad que no acertamos todavía a describir. Probablemente el bolo del año en sala. Bañadas en honestidad, amor y respeto por las raíces que las han visto nacer.
Larkin Poe regresó a la ciudad condal para presentar su adictivo “Bloody Harmonies”. Y las hermanas Lovell volvieron a demostrar en Razzmatazz que tienen mucho que decir y aportar a la música. Lo hicieron en compañía de los canadienses The Sheepdogs para completar un pequeño viaje en el tiempo.
Tindersticks tejió un fabuloso concierto que tuvo un carácter más concentrado e intimista que en otras ocasiones. A partir de una base rítmica sutil, juguetona pero muy poderosa, los teclados, el vibráfono y las guitarras, siempre de forma discreta y delicada, fueron creando las geografías sonoras sobre las que navegaba la voz de barítono de Stuart Staples, poniendo la inconfundible marca de la casa.
El pasado domingo 13 de noviembre, en la sala Independance Club, había mucha expectación. Tras cerca de dos años, con las entradas dando tumbos, actuaban por fin los canadienses The Sadies.
Ayer tuvimos la suerte de compartir con Will la primera noche de su gira en la Sala Siroco de Madrid. El formato es lo más íntimo que podáis imaginar. Will, una silla, un micro, una guitarra, un pedal afinador conectado a las pantallas de altavoces y un pequeño papel, no más ancho de una octavilla, con un setlist manuscrito y enborronado con algún que otro tachón. Nada más y nada menos para vivir en crudo un trozo fundamental de la historia de la música americana reciente.