Melange, un estallido en la oscuridad

Las matinales de psicodelia sabatina tienen algo inexpresable,  inevitablemente conectado con esa sensación de estar en el mundo sin estar en él, porque en la calle la gente sigue a sus cosas mientras tú te entregas a un baño de sonido que pinta tu cerebro de colores. La ocasión ha venido hoy de la mano de Melange, la banda madrileña a la que difícilmente puedes encerrar en el perímetro de la capital, porque se escapa en todas direcciones, hacia el mar, hacia la tierra, hacia el pasado y hacia el futuro.

Melange Alicante, 22 octubre, 2016. Sala Stereo.

Verdiales del encuentro, bulerías de Dusseldorf, capricho sefardí, Saquesufah, he ahí descripciones y nombres que no nos habría extrañado encontrar en un disco de Lole y Manuel, o de Ketama, o del Camarón de la Isla. Nuevos ritos, despertar, en las manos del tiempo: caminos que nos llevan a las puertas de la mente abiertas de una patada en los años sesenta.

Melange funde todo eso y lo hace suyo, y su música trasciende y se eleva desde esas raíces sin las que es imposible hacerlo, porque a estas alturas del siglo ya todo está inventado y todas las Américas descubiertas. Con su primer disco agotado y reeditado en menos de un año, su propuesta es bienvenida, y su directo toda una sorpresa, porque donde el doble vinilo es sutileza y equilibrio en el hilo de una araña, desplegarse de volutas de humo en el cielo, reverberación de soles, su puesta en escena es contundencia, guitarras que llenan los espacios velozmente, armonías y teclados que arrastran las voces de la ciudad que sigue estando afuera, aunque no la oigas porque ya estás latiendo con el bajo de Daniel Fernández y la batería de Adrián Ceballos.

Melange Alicante, 22 octubre, 2016. Sala Stereo.4

Todo esto se agradece porque, al apartarse de la pauta estricta del disco, Melange abre nuevos caminos para disfrutar de su música, o para seguir disfrutándola pero de otra manera. Esta banda tiene mucho horizonte, se escurre de los cánones del rock progresivo y de la psicodelia, para hacer rock progresivo y psicodelia a su modo, con aportes orientales y andaluces, algo que aunque resulte paradójico no estrecha su visión sino que la ensancha. “Saquesufah” o “La cosecha” son una buena muestra.

Uno no puede evitar el recuerdo de Triana y cómo transformó el rock patrio. Melange ha elegido esa senda, la de su propia personalidad musical en una etiqueta que afortunadamente vuelve a estar de moda, la psicodelia. El camino no ha hecho más que empezar, y puedes jugar a imaginarte cómo sonarían las voces de Miguel Rosón y de Daniel sobre el fondo de teclados de Mario Zamora en lugares como una playa desierta o unas ruinas romanas, cómo serían “In the hands of time”, “Nuevos ritos”, “Las dunas de Diabat” en un lago en la noche o en una puesta de sol, cómo romperían sobre las olas los acordes de la guitarra de Sergio Ceballos. Es un escenario posible, hoy nos han demostrado cómo han hecho estallar la oscuridad en nuestra sala favorita.

Texto, fotos y vídeos por Juan J. Vicedo.

Crónica del concierto de Melange en la Sala Stereo, Alicante el 22 de octubre dentro de la II Matinal Musical en la que presentaron su primer disco de estudio.

 

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