Delines en Madrid, afinando la excelencia

The Delines regresaron a nuestro país con un nuevo álbum, “Mr Luck & Ms Doom”. Otra vuelta de cuerda a un estilo completamente definido y muy personal. El ambiente íntimo que proporcionaba el Canopy Club solo se vio interrumpido en algunos momentos por algún cliente del hotel que estaba tomando copas ajeno a la belleza del concierto. ¿Es este el mejor lugar para disfrutar de la banda? Quizás el cierre de salas nos esté abocando a colonizar espacios que no son los más idóneos. Tendremos que acostumbrarnos. O no…

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La banda no vino a descubrirnos nada a los que ya los conocemos. Un concierto perfectamente definido con las grandes canciones del inigualable Willy Vlautin; cantadas en tonos suaves por la fantástica Amy Boone, que da vida a los personajes de unas canciones que narran historias de perdedores en busca de luz. A destacar el resto de la banda. Como siempre, el bajista Freddy Trujillo estuvo inconmensurable, creando junto a Sean Oldham una base rítmica perfecta. Cory Gray, a los teclados y la trompeta, sabe colocar cada arreglo en el sitio justo.

Amy Boone, la verdadera razón de ser de esta banda, está pasando por el mejor momento desde el accidente que casi acabó con ella. Se mueve mejor y canta también mejor que nunca. El repertorio se basó en el nuevo álbum con siete canciones extraídas del mismo. También hubo lugar para varias canciones nuevas, que formarán parte de su próximo disco. A destacar ese “When It’s Three O’Clock”, lista para convertirse en un nuevo clásico de la banda con sus coros celestiales.

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El nuevo disco aportó acercamientos a canciones más rítmicas, como “Maureen’s Gone Missing” o “Mr. Luck & Ms. Doom”, aunque comenzó con la lánguida “Little Earl”, una de esas típicas canciones que definen a la banda: ambiente de film noir y unos perdedores metidos en un lío que no va a salir bien. El concierto discurrió con lo mejor de su nuevo disco hasta la culminación con “Left Hook Like Frazier”, una canción a medio camino entre el soul y la bossa nova que puso a todo el mundo a -medio- bailar.

“My Blood Bleeds The Darkest Blue”, extraída de “The Lost Duets”, fue otro de los mejores momentos de la noche. Un duelo entre Willy y Amy donde demostraron su habilidad para fusionar ritmos italianos de spaghetti western -Vautlin es un freak de esos sonidos- y los duetos de Lee Hazlewood y Nancy Sinatra.

Para el bis se dejaron la canción que da título a su nuevo disco, otra canción de perdedores definitiva. Imposible no empatizar con sus personajes cuando es Amy la que canta su triste historia. El set cerró con la encantadora “Don’t Think Less Of Me”. Tema extraído de la banda sonora de “La noche siempre llega”, fantástica novela de Vlautin disponible en castellano, con Boone haciendo las presentaciones de la banda. Y luego, para finalizar, todos, acompañados únicamente por el piano, cantaron “Dilauded Diane”. Con Amy de voz solista y el resto de sus compañeros apiñados alrededor de un solo micrófono como coristas.

Una nueva noche perfecta de una banda que sigue manteniendo la magia intacta, impulsada por unos músicos de primera categoría, uno de los mejores narradores de historias de la actualidad y la voz privilegiada de Amy Boone. Hasta la próxima.

Fotos y videos: Ana Hortelano.

Escrito por
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