Dead Bronco, El Country es el Punk de los viejos

O al menos eso dice Matt Horan, centro neurálgico de esta propuesta que se define como “broncobilly” y que está asolando los territorios por donde pasa de camino a Europa y a la madre de todas las músicas, Norteamérica, donde está previsto que actúen en Tennessee en septiembre.

Anoche en Alicante (25 marzo de 2017), Horan subió al escenario con cuatro birras cogidas del gollete y sólo se bebió tres, que le bastaron para la revisión acelerada de dos docenas de temas en una hora escasa. A su lado el guitarrista Manu Heredia solo bebió agua y eso, también, es un dato. No era necesario echar más gasolina al fuego que encendieron desde el primer minuto.

Venían los Dead Bronco a presentar su tercer disco y lo hicieron a su manera. Me explico: “Bedridden & Hellbound” es una notable colección de canciones country, facturadas desde Getxo sin que se note que la localidad vizcaína no está ubicada en Oklahoma. Otra cosa son las emociones. La correcta ejecución en estudio, que puede incluso llegar a ocultar su alma o su latido o lo que sea que debiera mover a escucharlo cuando pasen unos meses y ya no sea una novedad, se transforma en el directo en un derroche de energía que te azota, que sustituye la emoción por ritmo y las sutilezas por latigazos de sonido.

DEAD BRONCO -Alicante 2017 (6)

Ése es el mérito de muchas bandas y artistas, algunos de los cuales han pasado recientemente por la Sala Stereo en los últimos tiempos: releer su obra en términos de relación con el público presente, darle otro soplo, una nueva vida. Los Dead Bronco asumen ese momento como una entrega rabiosa en la que Horan hace de su voz desgarro, Heredia suelta ráfagas de hardcore en mitad de la noche y Danel Marín hace temblar los parches con furia. Daniel Merino, a la lap steel, queda como la referencia en estado puro de la música en cuya raíz está la propuesta, el country, aunque tampoco parece que eso importe mucho.

DEAD BRONCO -Alicante 2017 (7)

Porque los de Getxo en escena derrochan actitud y esa actitud se nutre de los fuegos del punk, lo que no está nada mal, incluso está muy bien, porque con la excusa de repasar un buen puñado de canciones del nuevo disco y de los anteriores te hacen disfrutar de una noche de sábado y bailar como si no hubiera un mañana, lo mismo “Keg Stand” que “Penitent man”, “Stop killing all my friends” que “Stupid man”. Aunque uno eche de menos, viendo a Óscar Calleja al contrabajo, ese aroma de honky tonk que se adivina entre los pliegues del autodenominado “broncobilly”, esa mezcla salvaje de muchas cosas, entre ellas el hillbilly y el rockabilly. Y al escuchar el homenaje a Merle Haggard que es “Mama tried” te viene fugazmente a la memoria la inolvidable escena del “Bronco Billy” de Eastwood en la que Haggard nos habla de tristezas y alcohol.

Horan, locuaz y dicharachero, se pasó la noche contándonos historias de borrachos pero la gente no le escuchaba, la fiesta iba por otro lado, ése que se acerca más al momento adrenalítico en el que el horizonte del domingo todavía parece muy lejano. Vinieron, triunfaron, siguen su camino. Si quieres escuchar country vibrante tienes sus discos, si quieres conocer el “broncobilly” no te queda más remedio que acercarte a sus conciertos. No se puede contar.

Texto, fotos y vídeos por Juan J. Vicedo.

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