Fastway 40 años de su disco debut
porFastway debutó con su primer trabajo homónimo hace cuarenta años
Fastway debutó con su primer trabajo homónimo hace cuarenta años
Si el multiinstrumentista norteamericano Sandy Bull hubiese sido británico, seguro que lo hubiesen colocado en el panteón de guitarristas innovadores como Bert Jansch, John Renbourn, Richard Thompson o Davy Graham. Inspirado su estilo de tocar la guitarra en Hamza El Din, Chuck Berry, Pops Staples y Carl Orf, híbridos que no se puede duplicar hoy en día.
Hoy me gustaría recordar a una poderosa vocalista que si bien disfrutó de las mieles del éxito con el clásico “Think (about it)” de Lyn Collins, no es menos cierto que, con el ineludible paso del tiempo y por culpa de una discografía demasiado breve, su figura quedó sumida en el olvido.
Hindu Love Gods: Hay momentos cruciales en la vida de una persona que pueden hacer variar su destino. Una llamada de Peter Buck cambió el rumbo (y probablemente salvó la vida) de nuestro protagonista: El gran Warren Zevon.
Chris Bell pertenece, como el malogrado Nick Drake, a esa estirpe de músicos torturados, sensibles y con gran talento que se adelantaron a su tiempo, sufrieron la absoluta indiferencia del público y sólo obtuvieron el justo reconocimiento años después de su muerte.
Doris Troy (nacida en N.Y. en 1937 y fallecida en Las Vegas en 2004). Hija de un predicador baptista, desde muy joven quedó vinculada al mundo de la música, gracias a su extraordinaria voz y a su versatilidad al piano en estilos como el blues, el góspel o el soul.
El tercer disco de Pearl Jam “Vitalogy” lanzado el 22 de diciembre de 1994, estaba claro que no se hizo pensando en darle el gusto a nadie, ni al mercado, ni a las productoras, ni a los críticos. El punto de inflexión para Pearl Jam.
Incluir a Cowboy en ese cajón de sastre que es el Southern Rock es más por una cuestión de conexión fraterno-amical con las bandas puntales del género que por un tema de afinidad sonora, ya que (sobre todo al principio) siempre estuvieron más cercanos a los postulados campestres, armónicos y relajados del country rock californiano que a la intensidad e instrumentación sureña, como el mismo Tommy Talton ha declarado en varias ocasiones.
Cada vez que escucho a Dyke & The Blazers lo primero que me viene a la mente es la palabra “fatalidad”, la cual, una vez más, nos arrebató a un artista con un futuro prometedor, un diamante en bruto todavía por pulir, que podía haber dejado mayor huella en el mundo de la música.